Hoy es un día en que recordamos el nacimiento de Don Ma, como cariñosamente le decíamos todos los que laboramos en Materiales Eléctricos Necaxa a nuestro fundador y director general.
Hoy, solo por recordarlo, quiero contarles un momento que me marco en mi vida y quiero compartirlo con todos ustedes ya que es de esos momentos que se quedan grabados para siempre.
En el año 2010 tuve la oportunidad de acompañar a Don Ma a un viaje de todos los distribuidores de Schneider- Electric a la República de Panamá donde se realizó un congreso de esa compañía.
El Director General de Schneider-Electric era el Sr. Pedro Farina, quien en ese momento dejaba su puesto por problemas de salud, su discurso de despedida fue el más impactante y lleno de sentimientos encontrados que he escuchado.
Fue un hombre estupendo pero de un aspecto muy rígido, realmente te imponía su presencia, perfeccionista en su trabajo hasta el punto de que algunos de sus ejecutivos contaban que imponía miedo, sin embargo fue siempre una persona muy querida.
Él nos platico lo difícil que fue salir de Cuba, su tierra natal, en donde trabajó en un plantío bananero sin imaginar que llegaría a ser director de Schneider-Electric. Al final nos revelo su secreto, nos dijo que el era el hombre más sensible del mundo y que por eso se protegía tras su apariencia dura y con una voz entrecortada pidió a todos disculpas por si alguien había tratado mal. Todos los presentes sin importar el alto puesto en su compañía empezaron a llorar con un sentimiento verdadero, demostrando el cariño, el respeto y el aprecio que le tenían.
Al despedirlo con aplausos, que duraron varios minutos, él bajó del estrado, paso de largo las cuatro o cinco filas que había frente a nosotros y se dirigió hacia donde estaba sentado Don Ma, imaginen mi sorpresa cuando se fundieron en un abrazo, en ese momento pude comprender que había mucho parecido en ellos, pudieron ser algo duros pero al final iban por el camino del éxito y a todos los que los rodean.
Los dos fueron muy exitosos en sus empresas a diferentes niveles, hoy que ya no están con nosotros los seguimos extrañando.
M. Baeza
2018
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