Un pequeño recuerdo
Hoy es un día especial para mi y para toda la familia de Materiales Eléctricos Necaxa, ya que recordamos a nuestro fundador el Sr. Manuel Baeza Mena en su fecha de nacimiento. Él siempre se distinguió por su trato amable hacia todos empleados, clientes, proveedores y amigos con una maestría impresionante que fue desarrollando desde joven en el arte de los negocios. Anteriormente ya he escrito parte de su vida y sobre cómo llego a fundar esta empresa de la nada, así que en esta ocasión quiero retomar algunas anécdotas y características que siempre lo distinguieron.
Los recuerdos me asaltan como si el tiempo se hubiera suspendido. Y tal vez por eso ahora se agolpan en mi recuerdos que me compartió, los cuales hice míos y que hoy, quiero compartir con ustedes. Me gustaría contarles parte de su trayectoria dentro de su empresa, como se desempeñaba, siempre humilde, prudente y muy atinado en brindar consejos. Escucharlo en las juntas de trabajo era realmente una delicia, se le podía escuchar dando consejos de como atender tanto al cliente externo como al interno y con una frase que no se me olvida:
"Siempre trata a todos con justicia”. (Sr. Manuel Baeza Mena)
Las reuniones de negocios con proveedores eran algo especial ya que pareciera una charla de amigos, siempre escuchábamos risas de las bromas que el Sr. Manuel tenia a flor de labio con un don para caerle muy bien a la gente, era un gusto hacer negocios con él. Su trato era igual para un director de alto nivel como para un entregador de mercancía. Te recibía con una sonrisa, esa era su tarjeta de presentación, siendo admirable como si pudieras ver a través de el la verdadera sinceridad y el buen trato. Escuchaba a todo mundo sin interrumpir y te daba el mejor consejo que siempre era bienvenido por los que lo conocimos.
En la empresa siempre era el quien abría las cortinas y el último en irse, al pendiente del buen funcionamiento del negocio, recorriendo todos los puntos desde los almacenes, el mostrador, el área de ventas, compras y las entregas. Era con un asombroso como podía atender a dos personas al mismo tiempo siempre dándose cuenta de lo que sucedía a su alrededor.
Recuerdo que solía decirnos:
"logre esto siendo un bueno para nada y ustedes que son más inteligentes lo harán mil veces mejor".
Una imagen que se me quedo grabada en mi, es cuando despedía a los repartidores camioneta por camioneta haciendo la seña de la buena suerte.
Su pasión era evidente por los negocios, todo el tiempo podías escucharlo hablar de como mejorar la empresa, y de como lograrlo era estupendo, no existía otro tema más que ese, era su pasión por encontrar nuevas formas de superación, el sabia que esto le daba una ventaja competitiva para su empresa. Con un trato amable, cordial esa era su personalidad, alguna ocasión quise cuestionarlo sobre sus decisiones en la gerencia y el me contesto: "ocupa todo tu tiempo en mejorar tu departamento, haciéndolo más funcional y olvídate de lo que hacen los demás porque tenemos muchas fallas que no corregimos ante nuestros ojos pero queremos que los demás corrijan las suyas" una buena lección que no olvido.
Hoy que ya no esta con nosotros sigo recordando aquellos bonitos momentos que pasamos juntos, nos enseño a ser leales, honestos y con capacidad de servicio. Cuando alguien con un comentario o sugerencia lo cuestionaba él solo decía “y eso como aplica a las ventas”. Te hacia realmente pensar y repensar mejor como vender más. Cuidar los mínimos detalles, hacer las preguntas correctas, ponerse en los zapatos del cliente, nunca mentir y escuchar antes de hablar, eran parte de sus enseñanzas que siempre permanecerán con nosotros.
Por Manuel Baeza Jr.